martes, 25 de marzo de 2003

Enigma resuelto

Los indicios son los signos que permiten adivinar la existencia de una cosa e inferir la realidad. Jugar a imitar a los grandes detectives de ficción literaria, como Poirot o Holmes, o televisivos, como Colombo o Kojak, es gratificante cuando llegas a comprender la verdad. Todos llevamos dentro algo de los perspicaces personajes de Agatha Christie y de Arthur Conan Doyle, y deberíamos ponerlo en práctica más a menudo. Veamos si somos capaces de descubrir la realidad a partir de los signos que nos rodean.

Nuestro protagonista, bueno, más bien héroe porque sobrevive a muchas calamidades, se encuentra en un país y una época donde al parecer reina el absolutismo. Iremos analizando las pistas para tratar de descubrir la verdad:

En ese país los gobernantes creen no hacer nada mal y dirigen el país a su antojo despreciando cualquier iniciativa de la supuesta oposición y mucho más la voluntad de los ciudadanos. No, no es el reinado absolutista de Fernando VII...

En ese país se reprimen las manifestaciones contra el régimen y se promueven otras con el fin de crear una ficticia opinión pública favorable a quienes ostentan el poder. Estas intenciones se intentan reforzar con campañas propagandísticas en los medios de comunicación y otros metodos. No, no es la Alemania nazi impregnada por las teorías de Goebels...

En ese país se cierran periódicos y se prohíben partidos políticos limitando la libertad de expresión y de ideología, porque lo que parece intentarse construir es “una, grande y libre”. No, no es el más duro y represivo franquismo...

En ese país cuando la evidencia de que las cosas están mal hechas es incuestionable, el principal culpable es el sabotaje, (sólo les falta añadir que les afecta una “conspiración judeo-masónica” y que la “pertinaz sequía” se ha tornado en “persistentes inundaciones”), pero nunca los verdaderos responsables. Vuelve a no ser el franquismo aunque muchos de sus gobernantes son descendientes de aquellos, apoyan las guerras injustificadas, e incluso algunos son los mismos.

Supongo que a estas alturas tu perspicacia ya habrá sido capaz de adivinar de que país absolutista y represivo se trata, a pesar de que se disfraza de democracia que “va bien”. Imagino que habrás resuelto el enigma y adivinado el lugar y la época, porque el héroe que sobrevive a las calamidades de ese país eres tú mismo. Por favor, no dejes que te engañen y sigue luchando para que no logren emular a todos esos mandatarios tiránicos del pasado.

miércoles, 12 de marzo de 2003

Orgullo o vergüenza

Unas recientes declaraciones del iluminado líder de nuestro despótico gobierno parafraseaban el título genérico de esta columna y decían algo así como que estaríamos perdidos si países como Irak se pasaran por el forro de sus caprichos las resoluciones de la ONU. Cierto, lo estaríamos, pero en condicional.

Perdidos, es decir, en presente, lo estamos con gobiernos como el que rige nuestro país y con parlamentos como el que le amparan, ellos ignoran el principal derecho del ser humano: el derecho a la vida. Los 183 diputados del PP votaron a favor de promover una guerra contra Irak el pasado 4 de marzo. No deja de ser sorprendente que personas que votan tan escrupulosamente en temas como las parejas de hecho, la adopción de hijos por parte de homosexuales o el libre uso médico de la píldora abortiva por no ser acordes con su supuesta ética, sean capaces de apoyar fríamente con su voto una propuesta que de carta blanca a la aniquilación de miles de seres humanos en una guerra.

La paradoja es tan descomunal que sólo se puede justificar con la hipocresía de una dudosa moral con la que justifican muchas de sus posturas.

El único argumento para tamaña bestialidad: Bush quiere la guerra y el petróleo; y, ¿quién sabe por qué?, Aznar también. Ambos, ante la inconsistencia, e incluso inexistencia, de argumentos que avalen una acción bélica, nos piden que casi hagamos un acto de fe a favor de sus propuestas, cuando hasta el mismísimo Papa está en contra de la guerra.

Los diputados populares han puesto los ocultos axiomas de su líder por encima de la infalibilidad atribuida a la cabeza visible de la iglesia. Además están orgullosos de ello. “Se han mantenido unidos”, “han cerrado filas”, “han sido coherentes”... Si, tal vez hayan hecho y sido todo eso, pero también han hecho caso omiso a la voz mayoritaria de los españoles, incluidos muchos de sus propios afiliados; a unas supuestas creencias que defienden y que tienen entre sus mandamientos uno que prohíbe matar; a las más básicas diferencias entre el hombre y los animales: el hombre se supone humano y racional, su voto ha sido inhumano e irracional porque se ha realizado sin argumentos.

Se jactan de haber apoyado unánimemente la propuesta de aniquilar un pueblo. Mientras, otros nos avergonzamos de unos parlamentarios que antepone los intereses del gobierno a la voluntad del pueblo e incluso a sus propias ideas, porque no puedo creer ni que todos los diputados del PP apoyen esa absurda guerra ni que no sean capaces de pensar por si mismos. Si estoy equivocado es que tenemos lo que nos merecemos, al menos quienes los votaron, aunque los tengamos que sufrir todos.

lunes, 10 de marzo de 2003

Mejor para ellos

Después de soportar durante meses la deleznable campaña propagandística sobre las bondades de nuestro gobierno por actualizar las pensiones (lo que no se debe a la generosidad del PP, sino a los pactos políticos al respecto) con la descomunal desviación de la inflación con respecto a sus negligentes previsiones, ahora tenemos que padecer bombardeos publicitarios a cerca de lo bien que está nuestro medio ambiente; lo mucho que cobran las madres trabajadoras con hijos menores de tres años; y, especialmente lo mucho que nos han bajado las retenciones fiscales de nuestras nóminas. Ja. Dan ganas de reírse por no llorar.

Sin entrar a analizar en que cantidad han reducido la cuota de IRPF de los sueldos (a muchos en febrero nos bajaron un punto porcentual. En enero nos habían subido ese mismo punto con respecto al año anterior, así que nos quedamos igual) y a quien ha favorecido esto, se puede concluir que esta supuesta bajada de impuestos es sólo una gran mentira que favorece a quienes más dinero tienen.

Esencialmente existen dos tipos de impuestos: directos e indirectos. Los primeros gravan la renta y son proporcionales al capital personal. Entre ellos se encuentra el IRPF. Los segundos gravan el consumo de productos y servicios y no tienen en cuenta el nivel económico de las personas. El IVA y otras tasas se encuentran dentro de este segundo grupo.

La presunta rebaja fiscal que nos vende el gobierno afecta sólo a los impuestos directos, curiosamente los que proporcionan una mayor redistribución de la riqueza, y se olvidan de los indirectos, aquellos cuya injusticia grava por igual al rico que al pobre.

Dicen que la cuota del impuesto de la renta bajará una media del tres por ciento el año que viene. Eso supone que si antes pagabas un millón de pesetas, te ahorrarás 30.000; si pagabas 100.000, te ahorrarás 3.000, si no pagabas nada, no te ahorrarás nada. Eso sí, cuando vayas a poner gasolina al coche, de impuestos pagarás exactamente por cada litro igual que el usuario de al lado, que lleva un mercedes de 25 millones de pesetas y se ha ahorrado en la declaración 300.000 pesetas, porque antes pagaba 10 millones. Eso mismo te pasará al beberte una cerveza o comerte un menú del día. Sólo que ese del mercedes, que vota al PP, degustará un Ribera del Duero o paladeará langosta o caviar.

En conclusión, bajan los impuestos directos para que podamos acoquinar mejor los indirectos y de paso favorecen a quienes más tienen que, no nos engañemos, son los suyos. Mientras tanto reza su slogan: “bajan las retenciones,...mejor para ti, mejor para todos”, ¿y tú?, ¿te lo crees?...¿si?,...pues, mejor para ellos.