lunes, 10 de marzo de 2003

Mejor para ellos

Después de soportar durante meses la deleznable campaña propagandística sobre las bondades de nuestro gobierno por actualizar las pensiones (lo que no se debe a la generosidad del PP, sino a los pactos políticos al respecto) con la descomunal desviación de la inflación con respecto a sus negligentes previsiones, ahora tenemos que padecer bombardeos publicitarios a cerca de lo bien que está nuestro medio ambiente; lo mucho que cobran las madres trabajadoras con hijos menores de tres años; y, especialmente lo mucho que nos han bajado las retenciones fiscales de nuestras nóminas. Ja. Dan ganas de reírse por no llorar.

Sin entrar a analizar en que cantidad han reducido la cuota de IRPF de los sueldos (a muchos en febrero nos bajaron un punto porcentual. En enero nos habían subido ese mismo punto con respecto al año anterior, así que nos quedamos igual) y a quien ha favorecido esto, se puede concluir que esta supuesta bajada de impuestos es sólo una gran mentira que favorece a quienes más dinero tienen.

Esencialmente existen dos tipos de impuestos: directos e indirectos. Los primeros gravan la renta y son proporcionales al capital personal. Entre ellos se encuentra el IRPF. Los segundos gravan el consumo de productos y servicios y no tienen en cuenta el nivel económico de las personas. El IVA y otras tasas se encuentran dentro de este segundo grupo.

La presunta rebaja fiscal que nos vende el gobierno afecta sólo a los impuestos directos, curiosamente los que proporcionan una mayor redistribución de la riqueza, y se olvidan de los indirectos, aquellos cuya injusticia grava por igual al rico que al pobre.

Dicen que la cuota del impuesto de la renta bajará una media del tres por ciento el año que viene. Eso supone que si antes pagabas un millón de pesetas, te ahorrarás 30.000; si pagabas 100.000, te ahorrarás 3.000, si no pagabas nada, no te ahorrarás nada. Eso sí, cuando vayas a poner gasolina al coche, de impuestos pagarás exactamente por cada litro igual que el usuario de al lado, que lleva un mercedes de 25 millones de pesetas y se ha ahorrado en la declaración 300.000 pesetas, porque antes pagaba 10 millones. Eso mismo te pasará al beberte una cerveza o comerte un menú del día. Sólo que ese del mercedes, que vota al PP, degustará un Ribera del Duero o paladeará langosta o caviar.

En conclusión, bajan los impuestos directos para que podamos acoquinar mejor los indirectos y de paso favorecen a quienes más tienen que, no nos engañemos, son los suyos. Mientras tanto reza su slogan: “bajan las retenciones,...mejor para ti, mejor para todos”, ¿y tú?, ¿te lo crees?...¿si?,...pues, mejor para ellos.

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