miércoles, 11 de diciembre de 2002

Sinónimos de político

¿Alguna vez te has preguntado que hacen exactamente nuestros representantes políticos en sus respectivos parlamentos, cámaras y asambleas?. Yo si, y ahora podemos saber un poco más sobre alguna de sus ocupaciones. Tres diputados del PP en la asamblea de Madrid fueron sorprendidos mientras se deleitaban mirando webs pornográficas en el ordenador personal de uno de ellos, durante el transcurso de un pleno. Con toda seguridad lo que veían era más interesante que lo que se debatía, pero no era el momento y lugar de dar rienda suelta a su imaginación.

Lo que los interfectos hagan en su vida privada y en su tiempo libre es de su sola incumbencia siempre y cuando no incumplan las leyes. Como si rompen a cabezazos las lámparas de sus casas, o se la machacan con un ladrillo. Es indiferente. Pero lo menos que se les puede pedir a nuestros representantes, que nos gobiernan y dictan la legislación que rige nuestras vidas, es un poco de seriedad en su trabajo, que para eso les pagamos (y no poco comparado con la media de salarios de este país) y para eso dicen tener vocación de servicio público.

Es cierto que este suceso no se puede generalizar a todas las personas ni pretender que la libidinosa actitud de estos tres parlamentarios sea siempre la misma, pero dado su cargo y responsabilidad lo deseable es que no se hubiera producido ni una sola vez.

Lo ocurrido ahora no es puntual. Los hechos no han sido idénticos, pero si igualmente detestables. El comportamiento de nuestra clase política es vergonzoso con cierta frecuencia: sesiones plagadas de insultos, abucheos, reiteradas incomparecencias, actividades poco éticas y demasiado lucrativas para sus propios bolsillos,...por no hablar de la actitud despótica que parece contagiar a mayoría de los que trepan hasta el poder. Ciertamente parece que, en muchos casos, en lugar de servir a los ciudadanos, los políticos sirven a sus propios intereses.

Una encuesta realizada hace un par de años en Honduras señalaba que la palabra más odiada por los habitantes del país centroamericano era “político”. Es de suponer que la acumulación de excesos que realizan los gobernantes de aquellos lares tienen más que hartos a los ciudadanos. Si algunos políticos de nuestro país no enmiendan su actitud, es probable que aquí acabe sucediendo lo mismo que en Honduras y el término “político” acabe siendo sinónimo de cualquier otra cosa ruin y detestable. Algunos hacen méritos para ello.

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